¿No te has sorprendido alguna vez descubriendo que dos personas que conoces de situaciones y lugares muy distintos, incluso continentes diferentes, se conocen entre si? No sé si hayas oído hablar de La Teoría de los Seis Grados de Separación. Yo supe de su existencia hace unos 7 u 8 años, si no recuerdo mal.
Soy venezolano-española y desde hace más de una década resido en España. Los últimos decenios, remontándonos al menos a la Segunda Guerra Mundial, dieron para mucho. Los constantes, y cada vez más veloces, cambios del mundo en el que vivimos han hecho que cada vez se nos haga más "pequeño"... El hecho es que no recuerdo bien cómo llegué a conocer la teoría en cuestión, pero me resultó -cuanto menos- interesante.
Ésta afirma que cualquier persona del planeta está conectada con cualquier otra persona, a través de una cadena de 6 conocidos o eslabones. Es decir, que -según ella- cada uno de nosotros estamos a 6 niveles, o intermediarios, de conocer a cualquier persona del planeta.
Soy venezolano-española y desde hace más de una década resido en España. Los últimos decenios, remontándonos al menos a la Segunda Guerra Mundial, dieron para mucho. Los constantes, y cada vez más veloces, cambios del mundo en el que vivimos han hecho que cada vez se nos haga más "pequeño"... El hecho es que no recuerdo bien cómo llegué a conocer la teoría en cuestión, pero me resultó -cuanto menos- interesante.
Ésta afirma que cualquier persona del planeta está conectada con cualquier otra persona, a través de una cadena de 6 conocidos o eslabones. Es decir, que -según ella- cada uno de nosotros estamos a 6 niveles, o intermediarios, de conocer a cualquier persona del planeta.
Frigyes Karinthy en 1929, escribió un breve relato, "Chains" (cadenas), en el que por primera vez se hacía la propuesta de la hipótesis que nos ocupa. Más adelante, en los años 50, investigadores de MIT e IBM intentaron demostrarla matemáticamente, por probabilidades, sin conseguir soluciones satisfactorias en 20 años.
En 1967, el psicólogo Stanley Milgram, llevó a cabo un estudió que bautizó como "El fenómeno del mundo pequeño" (The small-world experiment). Su experimento consistió en seleccionar varias personas al azar, del oeste medio de Estados Unidos, para enviar postales a un desconocido de Massachusetts (a miles de kilómetros). Estas personas sólo sabían el nombre del destinatario, localización aproximada y ocupación. Tenían que entregar personalmente una postal a una persona, de entre sus conocidos, que creyesen que podría estar relacionado de alguna manera con el destinatario final. Estas personas, a su vez, debían hacer lo mismo, y así sucesivamente hasta entregar el paquete al desconocido en cuestión.
Bien, siendo ésta su tarea lo normal sería pensar que haría falta un número considerable de eslabones para cumplir el objetivo, pero según los resultados del estudio sólo hicieron falta una media de entre 5 y 7 individuos. Resultados que fueron publicados en la conocida revista Psychology Today , pero criticados por ciertos sesgos en el análisis de los datos. Pues éstos se basaban - según tengo entendido- sólo en el número de paquetes entregados a su destinatario final, que fue aproximadamente un tercio de las postales enviadas.
En 2011 Facebook llevó a cabo un estudio llamado "Anatomy of Facebook" con el total de usuarios del que disponía entonces (721.000.000 de miembros), que representaba un 10% de la población mundial. Su estudio consistió en el análisis de los amigos en común para obtener el promedio de eslabones necesarios para conectar a una persona con otra cualquiera. Como resultado, en el 99,6% de los casos, estuvieron conectados por 5 grados de separación, dando como resultado final aproximado una media de 4,75 eslabones.
Como ves, no hay nada imposible en este mundo... ¡he dejado prueba de ello! Querer es poder, incluso para conocer a la persona más insólita. Pero dejando de lado estudios que demuestren que "el mundo es un pañuelo", esto es aplicable a todos los aspectos de tu vida. Puedes llegar donde quieras, los límites los pones TÚ.
En 1967, el psicólogo Stanley Milgram, llevó a cabo un estudió que bautizó como "El fenómeno del mundo pequeño" (The small-world experiment). Su experimento consistió en seleccionar varias personas al azar, del oeste medio de Estados Unidos, para enviar postales a un desconocido de Massachusetts (a miles de kilómetros). Estas personas sólo sabían el nombre del destinatario, localización aproximada y ocupación. Tenían que entregar personalmente una postal a una persona, de entre sus conocidos, que creyesen que podría estar relacionado de alguna manera con el destinatario final. Estas personas, a su vez, debían hacer lo mismo, y así sucesivamente hasta entregar el paquete al desconocido en cuestión.
Bien, siendo ésta su tarea lo normal sería pensar que haría falta un número considerable de eslabones para cumplir el objetivo, pero según los resultados del estudio sólo hicieron falta una media de entre 5 y 7 individuos. Resultados que fueron publicados en la conocida revista Psychology Today , pero criticados por ciertos sesgos en el análisis de los datos. Pues éstos se basaban - según tengo entendido- sólo en el número de paquetes entregados a su destinatario final, que fue aproximadamente un tercio de las postales enviadas.
En 2011 Facebook llevó a cabo un estudio llamado "Anatomy of Facebook" con el total de usuarios del que disponía entonces (721.000.000 de miembros), que representaba un 10% de la población mundial. Su estudio consistió en el análisis de los amigos en común para obtener el promedio de eslabones necesarios para conectar a una persona con otra cualquiera. Como resultado, en el 99,6% de los casos, estuvieron conectados por 5 grados de separación, dando como resultado final aproximado una media de 4,75 eslabones.
Como ves, no hay nada imposible en este mundo... ¡he dejado prueba de ello! Querer es poder, incluso para conocer a la persona más insólita. Pero dejando de lado estudios que demuestren que "el mundo es un pañuelo", esto es aplicable a todos los aspectos de tu vida. Puedes llegar donde quieras, los límites los pones TÚ.
En 2013 Michiel Das (un belga radicado en Barcelona, dedicado al mundo del marketing) llevaba meses sin trabajo, y tuvo la brillante idea de probar la teoría para combatir la crisis y encontrar empleo de nuevo. Decidió entregar una tarjeta de visita a 3 de sus contactos. Éstos, a su vez, debían entregarla a otra persona y así hasta llegar a alguien buscase algún especialista en su área de trabajo. ¿El resultado? Sus tarjetas se entregaron a 16 personas distintas, en Barcelona y resto de España, recibió 11 ofertas de trabajo, y participó -en su momento- en 4 procesos de selección distintos que le llevaron a conseguir empleo en SEAT. Puedes ver su historia en "El viaje de mi tarjeta", la web que creó en agradecimiento a sus "eslabones" y en la que fue narrando la historia.
¿Te atreves a probar?
¿Te atreves a probar?
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