Hace años leí en algún artículo un consejo que a priori puede parecer tonto, pero funciona. Era algo tan sencillo como, dibuja ahora mismo una sonrisa en tu rostro, verás como torna real. Aunque no lo sientas, hazlo y verás como cambia tu actitud en este momento. La vida son dos días y está llena de dificultades en cada uno de ellos, pero ¿vale la pena derrochar un día de tu vida sin haber sido ser feliz aunque sea por un instante? Vivimos buscando la felicidad cuando realmente está en nosotros y en cada cosa que hacemos.
Creo que aprender a reír es parte de la base para ser realmente felices. El humor es un modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Desarrollar el sentido del humor permite experimentar felicidad hasta en los momentos más difíciles. Nos ayuda a relativizar los problemas como algo pasajero... porque es lo que son. Todo en esta vida es pasajero, absolutamente todo. Hasta nosotros mismos.
Numerosos estudios científicos han demostrado los beneficios del buen humor en la salud. De hecho, ayuda a mejorar el sistema inmunológico y por ende, las defensas. Pero, ¿hacen falta estudios científicos para que notes en ti mismo lo beneficioso que es? ¿Acaso te sientes mal después de un ataque de risa o una simple y natural señora carcajada?
Hace años se puso de moda la ya conocida risoterapia. Ésta se lleva a cabo en grupos dirigidos por especialistas, que por medio de bailes, juegos, masajes, técnicas de relajación y de expresión corporal, buscan la desinhinición para acabar riendo a carcajadas.
Tomarse la vida con más ligereza es un ejercicio más que beneficioso, y además altamente contagioso. Entre otras virtudes, cuando ríes:
- Ejercitas el sistema respiratorio y circulatorio, ya que necesitas más aire y además el corazón late más rápido.
- Utilizas más de 400 músculos distintos
- Liberas endorfinas: uno de los mejores analgésicos naturales.
- Refuerzas las defensas
- Eliminas energía negativa
Como si todo esto fuese poco, se cree que la risa potencia la creatividad y productividad. Así que no esperes ir a ver un monólogo o una buena comedia, empieza el día con una sonrisa. Ríete de ti mismo y de tus circunstancias; Los problemas, incluso las tragedias, son pasajeras. Nada es eterno, ninguna situación lo es.
Cada día es único e irrepetible, vive el ahora que es lo que realmente tienes. El pasado ya se ha ido y el futuro está por llegar. Está bien planificar y ser organizado, pero no dejes pasar lo que es realmente tu vida: este momento.
Disfruta con lo que haces, cada cosa. Hasta las tareas más aburridas pueden ser positivas y divertidas, o al menos más llevaderas... incluso planchar o hacer la compra.
Despídete de la rutina. Siempre hay cosas nuevas por hacer o probar, o simplemente maneras distintas de hacer lo mismo. Prueba, descubre, innova. Ten aficiones y dedícales algo de tiempo.
Cambia lo que no te gusta. Si no estás bien en tu trabajo, tienes sobrepeso o te sientes atado a una relación tóxica... Cámbialo! No digas que no se puede. Llevará tiempo y esfuerzo, pero se puede. Y de todo se aprende.
No dejes a un lado a tus seres queridos, familia y amigos. Junto a ellos se viven los mejores y más importantes momentos. Cuídalos, quiérelos y demuéstralo.
No te compares con nadie. Eres un ser único y especial. Lucha por conseguir lo que quieres y deja a un lado envidias y comparaciones, por positivas que sean. Llega a donde quieras llegar.
Rodéate de gente positiva, gente que te aporte y nutra; Gente que lucha y mantiene una actitud positiva y proactiva. Evita las personas negativas, pesimistas, envidiosas; esos que se tienen la queja y crítica destructiva como deporte favorito.
Sonríele a la vida, y ella lo hará para ti...
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