miércoles, 29 de junio de 2016

Orgasmos mentales

Se dice que empleamos aproximadamente un 10% del potencial de nuestra preciada materia gris, y aún haciendo semejante derroche, es inmensamente poderosa. No tenemos la más mínima idea del poder enorme que cargamos sobre los hombros... ¡como lo desperdiciamos! Podría darle más de un interesante enfoque sobre este punto, pero hoy voy a hablar de placer... sólo placer.

Cada vez son más conocidos los orgasmos mentales o, como llaman algunos, neurosexo. Hay quien lo cataloga como sexo minimalista, puesto que "se ve reducido a lo esencial". En él no hay contacto físico autónomo ni compartido, el cerebro es el gran responsable de llevarnos al éxtasis.

Barbara Carrellas
Barbara Carrellas fue una de las pioneras de lo que en Nueva York llaman "Thinking off". Técnicas en las que la imaginación y la respiración son las responsables de tales explosiones energéticas, que se expanden al resto del cuerpo con resultados idénticos a los de un clímax convencional.

Para ella todo empezó en los años 80, cuando se observó una notoria decaída en la vida sexual de los norteamericanos por miedo a contraer VIH. Con el paso de los años se han ido perfeccionando el desarrollo de estas técnicas, teniendo tanto éxito que recientemente empezó a emplearse en algunas terapias (en consultas de sexología) para personas con lesiones medulares, además de ser utilizadas para el tratamiento de ciertas disfunciones.

Y es que el poder de la imaginación no conoce fronteras. Sólo nosotros sabemos hasta donde queremos o nos interesa llegar, y nada ni nadie puede obligarnos a que sea diferente. Es un mundo en el que sólo nosotros decidimos qué ocurre, cómo, dónde, por qué, y resolvemos como nos apetezca. 

Pero esto es un arma de doble filo y más de una vez puede jugarnos malas pasadas, de ahí que sea tan importante trabajarnos desde dentro. Según la psicóloga Sheryl A. Kingsburg, para nosotras "lo que sentimos de nosotras mismas, de nuestras vidas, pareja y relaciones, generalmente se relaciona mucho más con nuestras sensaciones que con lo que sentimos simplemente teniendo sexo"

La directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, Dra. Francisca Molero, explica en más de una entrevista que lo que realmente nos enriquece es permitirnos explorarnos "Es una idea que responde a la integración del cuerpo con la mente. Por algo somos seres integrales".  


De ahí que estas técnicas sirvan no sólo para personas con dificultades. De hecho, debería formar parte de nuestra sexualidad. Como todo en la vida, para poder disfrutar en compañía, primero deberías tomarte la molestia de conocerte, explorarte, disfrutarte, descubrirte, y no esperar a que otro(s) lo haga(n) por ti.  

Somos el conjunto de un todo y éste es uno más de los aspectos que conforma nuestro yo, por lo que deberíamos vivirlo a plenitud, con naturalidad y como a cada uno de nosotros más nos guste, satisfaga o apetezca. Como somos el conjunto de un todo, cada una de nuestras facetas influye en el resto, de ahí la importancia de trabajarnos en todos los recovecos de nuestro ser. 

Cuanto mayor es nuestro autonocimiento, sabemos más cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles, necesidades, y gustos (que además irán cambiando a lo largo de la vida), y ello nos lleva a una mayor seguridad en nosotros mismos. Cuanto más seguro nos sentimos, más capaces de disfrutar en plenitud, compartir nuestro cuerpo, deseos, necesidades y comunicarnos con mayor fluidez.

Cuanto más nos conocemos y mejor nos sentimos con nosotros mismos, más plenos y satisfechos, somos capaces de dar más y mejor y ello es un bucle que vuelve a nosotros en forma de relaciones más fructíferas y sanas.   

Me atrevería a terminar invitándote a probar la experiencia, si no lo has hecho ya, pero quiero ir más allá y plantearte que no sólo lo hagas contigo sino que pruebes a hacerlo en compañía. Puede llegar a ser una experiencia muy enriquecedora. 



lunes, 27 de junio de 2016

Gente rota

Todos llevamos una cruz a cuestas, hemos tenido nuestros propios dramas; Hemos sufrido, llorado, caído y nos hemos rebozado alguna vez en el fango de la vida. Unos más, otros menos, pero todos hemos pasado por malos o peores momentos. 

Tarde o temprano, todos hemos sufrido o vivido de cerca alguna enfermedad, una desgracia, un trauma, desencuentros familiares, nos han roto el corazón, nos han engañando, estafado o robado. Todos, sin excepción, alguna vez perderemos o habremos perdido a alguien importante... Forma parte de la vida. La muerte, el dolor, el sufrimiento y las caídas, también son parte de la vida. Pero, como dice la canción, "todo depende... de según cómo se mire, todo depende".  

En mi opinión, todas las personas que llegan a nuestra vida, llegan por algo, y agradezco cada una de las que pasan por la mia porque todas aportan -sea consciente o no en el momento-. Aún así, hay un tipo de persona que me gusta de sobre manera. 

Me gusta la gente que ha sufrido, que ha caído en el pozo, que ha mordido el polvo, que ha sentido ahogarse en el fango, ha llorado lágrimas de sangre, que se ha golpeado fuerte; Me gustan los que han visto a la muerte a los ojos, los que han abrazado la miseria, los que sienten mutilada parte de su vida o de su alma, los que lo han perdido todo, los que lo han tenido que dejarlo todo... Me gusta la gente rota. 
Puede sonarte macabro, incluso escabroso, pero no lo es en absoluto. La gente rota es fuerte, sensible y empática. Conoce el dolor y sufrimiento de primera mano, y muchos de ellos son los que dibujan las sonrisas más hermosas e iluminadoras. 

La gente rota ha visto su vida derrumbarse, algunos hasta los cimientos, y ha sido (es) capaz de recoger y apartar los escombros para edificar de nuevo. Muchos de ellos han aprendido la importancia del ahora, de reconocer oportunidades valederas y aprovecharlas, de no perder la esperanza, luchar con constancia, y de creer en sí mismos

Son ojos llenos de luz, sonrisas llenas de vida, manos llenas de fuerza y corazones colmados de amor. Amor a quienes les rodean, a aquello que hacen... a la vida. Un amor que irradian en forma de energía vital donde quiera que vayan, donde quiera que estén. 

Son gente que inspira, de la que podemos aprender mucho. Enseñan sin proponérselo con cada gesto, predican con el ejemplo; Son la perseverancia personificada. Para ellos no ha sido fácil, y por eso conocen el valor del esfuerzo, y su recompensa. Son imperfectos y lo saben, por ello trabajan cada día para ser mejores, conseguir sus objetivos y crecer cada día en cada aspecto de su vida. 

Muchos de ellos están donde están porque han aprendido tanto a perdonar, como a reconocer sus errores, rectificar y aprender de ellos. Han aprendido a soltar y dejar ir todo aquello que no aporta en sus vidas, así como a alejarse cuando ellos no suman a la de los demás. Han aprendido a avanzar en positivo; A no juzgar, sino a observar, valorar y respetar; Se han alejado de los encasillamientos y han abierto más su campo visual.

Me gustan porque, además de admirarlos, me identifico con ellos. Es gente con la que se puede hablar durante horas sin aburrirnos y siempre aprender algo nuevo y positivo. Son gente que aporta, que suma y nunca resta. Son de esos locos que, como yo, piensan que todos podemos serlo si queremos. No es fácil, pero está en nosotros. Que la vida son dos días y hay mil motivos por lo que estar agradecidos y sonreír.  Que podemos mejorar cada día, evolucionar. 

Me gustan porque dibujan sonrisas entre lágrimas, nada les parece imposible y en los problemas ven herramientas para construir y no armas destructivas. Se alimentan de los fracasos, y ven siempre en positivo. Son esas flores que sobreviven al invierno para resplandecer en primavera. 

Me gusta la gente rota porque perdiendo aprendieron a ganar. 

miércoles, 22 de junio de 2016

Musicoterapia

Cuántas veces no nos hemos encontrado algo melancólicos oyendo canciones como "The scientist", "Don't speak", "Nothing compairs to you", "Everybody hurts" o similares. Algunos dirían que torturándonos, yo diría -si es un su justa medida- ayudándonos a fluir nuestras emociones. Viviéndolas, dejándolas salir y avanzando con ellas.


Así como el movimiento es vida, la música también lo es. Creo que es muy difícil no emocionarse con ella, no sentir nada. A quién no se le eriza la piel con Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, La Traviata o Caruso, Quién no se transporta mentalmente con Vivo Per Lei, November Rain o Nothing Else Matters; Cómo no mover el esqueleto oyendo a Celia Cruz, Gilberto Santa Rosa o Juan Luis Guerra; A quién no se le remueve el corazoncito con clásicos como I will always love you, When a man loves a woman o Lo dejaría todo.

En su momento, Aristóteles habló de la Teoría de Ethos, según la cual con la música se puede cambiar el estado anímico de las personas. Teoría que hoy en día es parte de la base científica de la conocida Musicoterapia. Ethos es una palabra griega que significa "costumbre y conducta". Por aquel entonces, en la antigua Grecia comenzaba a creerse que la música producía pasiones y estados de ánimo.

Según la WFMT (Word Federation of Music Therapy) la musicoterapia "es la utilización de la música y/o de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta calificado, con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas" 

Se considera especialmente recomendable para niños y adultos con problemas para expresarse, como por ejemplo, aquellos con hiperactividad y déficit de atención, con discapacidad física, psíquica o sensorial, que hayan sufrido experiencias traumáticas, etc Así como también para personas mayores.

Entre sus beneficios encontramos que:

  • Estimula la memoria y atención
  • Mejora la movilidad y coordinación
  • Disminuye la ansiedad y el estrés
  • Incentiva la creatividad
  • Ayuda a mantener / mejorar las habilidades verbales
  • Promueve la exteriorización de las emociones
  • Fomenta la comunicación e interacción social
  • Mejora el estado de ánimo y autoestima

Esta terapia tiene dos formas de actuación: activa y receptiva. La activa, cantar, tocar algún instrumento, escuchar música, etc; la receptiva se refiere a la relajación a través de la música. Busca potenciar lo que la persona puede llegar a ser, hacer o expresar.

Una vez dicho esto, considero obligatorio comentar que, en mi opinión, no necesitamos tener alguna discapacidad, trauma o problema grave para aprender a sacarle el máximo provecho al placer de disfrutar de la música y sus beneficios. Nadie nos conoce mejor que nosotros mismos, por lo que nadie mejor que tú para sacarte el máximo partido y ayudarte cuando lo necesites, de la manera más acertada.

Puedes usar la música más allá que para distraerte, pasar el tiempo, divertirte o llorar. Puedes usarla para ayudarte a modificar estados de ánimo según tu conveniencia y necesidades. Así como te pones cierta música según el entrenamiento que vayas a realizar, puedes hacer algo similar en el resto de aspectos.

Crea la banda sonora de tu vida y aplícala a tu conveniencia. Esa guitarra española para los momentos románticos; algo de piano, cuencos tibetanos o música instrumental para relajarte; Esas canciones que te hacían vibrar para cuando quieras recargarte las pilas o estés con cierto desánimo, o incluso canciones que te ayuden a la concentración.