miércoles, 19 de noviembre de 2014

En el cáncer y en la vida: Convivir con la incertidumbre

La semana pasada te contaba muy resumidamente la experiencia como familiar y como enfermo de cáncer. Como he comentado más de una vez, una de las cosas con las que tienes que convivir durante todo el proceso esta enfermedad es la incertidumbre. Es uno de los factores fundamentales del miedo, la ansiedad, el nerviosismo y el stress que genera en pacientes, familiares y allegados. La información se facilita con cuentagotas y somos muchos los que requerimos más información de la que recibimos.

Hay todo tipo de pacientes. Yo tengo compañer@s de batalla que prefieren recibir la información mínima y necesaria, y seguir el tratamiento según los dictámenes del médico por cierta inercia y con fe ciega, cosa que admiro. Otr@s, curiosos, inquietos y preguntones como yo vamos averiguando por todos los medios posibles, preguntando diferentes opiniones e interrogando a nuestros médicos en cada consulta. Pero claro, la información facilitada es escasa, no por no querernos informar sino por cautela. Algo loable, inteligente y positivo para nosotros como pacientes y como familiares.

Somos únicos.

Cada cuerpo reacciona de manera diferente ante un mismo tratamiento. A esto hay que sumarle (dejando de lado el tipo de cáncer, estadio, etc) la situación personal de cada uno. Todo influye: tu alimentación, cómo afrontas la adversidad, tu situación personal, el apoyo que te rodea y de quién lo recibes, las carencias emocionales, económicas, físicas, etc. Todos ellos factores importantes que afectan el proceso de tu lucha por la vida

Dada la unicidad de cada uno de nosotros, no siempre podemos saber cómo va a reaccionar nuestro organismo, y por ende tampoco esta bendita enfermedad. Por ello, los médicos, como profesionales, no pueden aventarse a decir cosas de las que no tengan total seguridad. Arriesgarse a informarte del próximo paso, por ej, hasta no ver cómo evolucionamos... y aún así, las cosas pueden ir, y van, cambiando a lo largo del camino.

También es importante tener en cuenta que los psicooncólogos hacen mucho incapié en no dar información hasta que no sea decisión prácticamente irrevocable, puesto que nos crea inseguridades, temores y genera desconfianza. Es sabido que, si bien el tratamiento es pautado según protocolos establecidos, éste se va modificando y adaptando a cada persona según sus necesidades.

Aprender a vivir el día a día

Una de las cosas que nos repiten una y otra vez psicooncólogos, oncólogos y médicos generales es "vamos paso a paso". Es bucólico, romántico, vivir una vida improvisada día a día... e inteligente y necesario aprender a hacerlo en ciertos momentos de la vida... Éste es uno de ellos. Si bien tenemos una idea aproximada de cómo se desarrollará el tratamiento, tenemos que contar con que surjan contratiempos, cambios y que no disponemos de toda la información -aunque creamos que sí- pues nos iremos enterando de todo cuando vaya llegando el momento apropiado. Sabemos cómo y cuándo empezamos, pero no podemos tener una fecha predeterminada de culminación ni sabemos el estado exacto en el que estaremos en cada etapa, por lo que es fundamental aprender a vivir un día detrás de otro.

Como ya te he dicho en otra ocasión, puedes hacer planes a largo plazo, claro que sí... pero no te presiones, y antepón los plazos cortos... muy cortos. Ten objetivos generales, pero céntrate en aquellos puntuales que puedes ir realizando día a día, semana a semana. 

Aprender a controlar tu mente y no que ella te controle a ti

Para los ansiosos que queremos hacer mil cosas y saberlo todo, vivir "día a día" puede resultar todo un reto... pero si quieres, puedes. ¡Se consigue! Es, como en muchos otros aspectos, aprender a dominar la mente y no que ella te domine a ti. Este fin de semana una buena amiga me preguntó "¿Cómo haces? Tu me dices que no puedes permitirte pensar en esto o aquello... Muy bien, pero quiero saber ¿cómo lo haces?" Controlando tus pensamientos. Así cada vez que viene a tu mente un pensamiento negativo, es más inteligente reenfocarlo a uno positivo y dejar de lado aquel que te hace daño, que regodearte en ese que sólo te hace daño y no puede cambiar tu situación. Centrar tu atención en un nuevo pensamiento. Te pongo un ejemplo:

Dado el proceso que estoy pasando, me he quedado sin trabajo y, como es normal, a veces me persiguen pensamientos negativos como "¿Quién va a contratar una persona con mi aspecto actual y con prácticamente un año desligada del mundo laboral?", "Me costará mucho encontrar empleo", "¿Y si...?"... y así podría seguir un párrafo entero, pero vamos al grano: cuando estos pensamientos aparecen podría hacer dos cosas:
1- Darle mil vueltas al asunto y hundirme en la tristeza y la desesperación o,
2- Reenfocar mi pensamiento en algo positivo que bien puede ser buscar opciones alternativas de generarme ingresos o bien puede ser centrarme en otro tipo de pensamiento que no me genere stress. Algo que me guste, me relaje, me apasione... y si no lo consigo, entonces enfocar mi atención en algo que tenga que hacer y ocupar mi mente. 

Más de un@ estará pensando ahora mismo "que fácil decirlo... hacerlo es muy distinto. Yo no puedo". Pues, querid@ lector@, estás muy equivocad@... SÍ SE PUEDE. Tienes que proponértelo, informarte al respescto y reeducar tu mente para ser tú quien la controle y no al revés. No es fácil, nadie ha dicho que lo sea, pero el esfuerzo vale la pena.

Esto puede extrapolarse a la vida diaria de cualquier persona. Puedes aprender afrontar la adversidad y los malos pensamientos, redireccionándolos y reenfocando nuestra energía a cosas positivas. Esto nos hace más eficaces y eficientes ante las vicisitudes, más felices y más sanos física y emocionalmente, puesto que -aunque no lo creas - te ayuda enormemente a disminuir el stress (factor desencadenante de numerosas enfermedades).

Reflexión de hoy: 

Un conocido proverbio chino dice "Si un problema tiene solución, ¿para qué te preocupas?, y si no lo tiene ¿para qué te preocupas?"... Lo tenga o no, en lugar de centrarte en lo negativo, céntrate en lo positivo. Reenfoca tu energía. 

Para los que estamos pasando por este duro proceso: Es largo, sí, y duro, muchísimo, pero se sale adelante. Tenemos que luchar y dar lo mejor de nosotros. Que este trance nos sirva para ser mejor persona, vivir más felices y saber aprovechar cada momento y cada detalle de la vida. No todos tienen la fortuna y desgracia de haber pasado por una situación que les lleve de saber valorarlo, ¡aprovéchalo!

Dicho esto, me despido no sin antes darte las gracias por leerme. Recuerda que ahora también puedes seguirme en 

Twitter: @tukieresypuedes 







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