Cada ser humano es un mundo, eso está claro, pero creo que hay premisas fundamentales que nos sirven de común denominador a todos: Querernos, cuidarnos, darnos nuestro lugar, buscar la felicidad. En mi humilde experiencia, he encontrado ciertos fallos comunes a muchos de nosotros y hoy quiero hablarte de uno de ellos: Buscamos la felicidad en el lugar y persona equivocada...
Sí, así es. Para empezar hay un concepto que debemos tener muy claro: la felicidad está en ti... en nadie más y en ningún otro sitio. Puedes darle la vuelta al mundo, conocer a un millón de personas, tocarte la lotería, enamorarte 20 veces y aún así no ser feliz ni un momento. Está en TI, porque eres TU quien decide serlo en lugar y momento. ante cualquier situación, circunstancia y detonante. Otra de las grandes cosas que aprendí de la gigante de mi madre es a disfrutar cada instante del gran valor de las pequeñas cosas: el sabor de un café, sentir la brisa en el rostro, una buena compañía, una sonrisa, una caricia, una llamada... un silencio. No tiene precio aprender a disfrutar de verdad de esos pequeños grandes instantes, que son los sumandos que totalizan en tu felicidad.
Cada uno de nosotros tenemos nuestra escala de valores, todas ellas respetables, nuestro orden de prioridades. La cuestión está en que nos satisfaga y nos sintamos bien cada día con aquello que hacemos, las decisiones que tomamos y cómo vivimos. Desde pequeña mi padre siempre me decía "Cada día, cuando vayas a la cama, consulta con tu almohada; haz un balance de tu día: qué has hecho hoy, qué has aprendido... Intenta que ésta cada día, o la mayoría de veces, sea positiva"
Hay quien rodeado de gente está solo, y quien estando "sólo", realmente vive acompañado. Así como para cuidar de los demás, primero debes cuidar de ti. Creo que primero deberíamos aprender a valorar nuestra soledad (y disfrutar de ella), nuestro tiempo, nuestro yo en su conjunto para así después saber valorar y cuidar el de los demás, y sobre todo de aquellos que nos importan. Creo que cuando alguien aprende a disfrutar de sí mismo y en su propia compañía, no sólo se siente mejor consigo mismo, sino que disfruta más de la compañía de demás... y creo que una de las razones es porque estar acompañado, para este tipo de personas, es una elección y no una necesidad.
Descarta de tu vida todo aquel/aquello que te hace daño, que no te aporta nada positivo o que en resumen no es un sumando a tu vida. Cuando estás en la cresta de la ola, eres querido y deseado por todos... cuando no es así, cuando estás en la sima (que no cima!, recalco la diferencia) descubres quién es quién y qué lugar ocupa cada uno en tu vida... en todos los sentidos. Te llevarás muchas decepciones, nos ha pasado a todos, pero también te llevarás grandes sorpresas... la vida, más de una vez, te tiene deparadas cosas que no podrías imaginar, y muchas veces esos momentos terribles desencadenan en algo muy bueno que no habrías siquiera imaginado.
Muchas veces puedes llevarte decepciones no porque quien esté frente a ti no sea bueno, sino porque no lo tienes en el lugar o posición correcta en tu vida. Cada persona que entra en nuestras vidas tiene una "función" que tarde o temprano descubriremos. Todos, el que más y el que menos, dejan una pequeña (o gran) huella, una enseñanza, una anécdota.... Son estas las cosas que debemos atesorar, y no lo negativo... que a fin de cuentas son sustraendos.. Lo que sí debemos conservar de estos "sustraendos" son los aprendizajes que nos dejan. Cometer un error una vez, está permitido; dos veces es de tontos y ser repetitivos es no aprender y caminar en círculos.
Mi conclusión de hoy es: Aprende a conocerte, quererte, disfrutar de ti mism@; Descarta de tu vida todo aquello que ponga en negativo la balanza de tu vida. No sufras por lo que no puedes cambiar. Aprende a colocar a cada uno en el lugar que le corresponde. y, por último, recuerda que tu y sólo tu eres dueño de tu vida y tu felicidad.
Buenas tardes y gracias por leerme.
Buenas tardes y gracias por leerme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario